Lección Ocho
"Zaqueo Aprende a Hacer lo Correcto"
Texto Bíblico: Lucas 19:1-10
Verso de Memoria: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (II Corintios 5:17). Objetivo de la Lección: Saber que Jesús nos perdona si nosotros se lo pedimos.
Zaqueo Aprende a Hacer lo Correcto
Era un día cálido y polvoriento en Jericó. Límpiese la frente y ventílese la cara
con un pañuelo.
Muchas personas se habían reunido en las calles.”¿Sabías que Jesús está pasando por Jericó hoy?” preguntó un hombre.
“¿Jesús?” replicó un hombre.
“¡Sí, ése es el hombre que sana a los leprosos, abre los ojos a los ciegos y hace al cojo caminar de nuevo!”
“Yo creo que me quedaré a verlo,” dijo el pequeño hombre.
La muchedumbre creció más. Jesús se estaba acercando. “Permítanme pasar,” decía el pequeño hombre, mientras intentaba abrirse paso a codazos.
“Oh, usted no, - alguien gruñó - yo lo conozco, usted es Zaqueo, el recolector
de impuestos, el que nos roba el dinero a todos. Usted no va a pasar por aquí.” Todos miraron muy enojados a Zaqueo.
Era un hombre odiado.
Zaqueo agarró la bolsa del dinero, El tenía miedo de que alguien le robara. Zaqueo amaba su dinero y el de otras personas. El amaba tanto el dinero que
hacía lo imposible por conseguirlo.
De hecho, Zaqueo tenía dedos pegajosos.
“Esto pertenece a la viuda Martínez. Es tiempo de que ella pague sus impuestos. ¿Y que si ella no tiene suficiente para pagar su renta? Ese es su problema, no el mío. Es más, yo creo que tomaré un poco de dinero extra, sólo para que pague por tener que salir y caminar para cobrarle sus impuestos.”
El trabajo de Zaqueo era recolectar los impuestos y muy bien que lo hacía. Pero él hacía más que recolectar los impuestos, él les obligaba a las personas a que pagaran más de lo que debían: los estafaba.
A ninguna persona le gustaba
Zaqueo. ¿Y saben qué? Zaqueo ni siquiera se gustaba a sí mismo. Muy dentro de su corazón había un deseo de ser diferente, algo acerca de Jesús lo estaba atrayendo a Él.
Zaqueo no lo conocía, pero había Uno que lo amaba, aún cuando él era un ladrón con dedos pegajosos.
¿Quién era? Los niños contestan.
Quizás fue el amor que Jesús tenía por Zaqueo lo que lo atrajo hacia Él. Cuando alguien nos ama, nos gusta estar con esa persona. Zaqueo intentó parándose en algunas piedras grandes para tratar de ver a Jesús, pero no sirvió. ¿Qué podría hacer? Zaqueo pensó por un momento. “¡Ya sé! Correré delante de la muchedumbre y subiré a ese árbol sicómoro.” Los niños se ponen de pie y corren en sus mismos lugares.
Zaqueo no había trepado a un árbol desde que él era un muchacho.
Los niños pretenden que están trepando. Él fue de rama en rama, ni se preocupó
de que se pudiera rasgar su costosa ropa, hasta que encontró la rama perfecta.
Los niños se sientan.
“¡Yo veré a Jesús mejor que cualquiera en la muchedumbre! ¡Esta es una buena idea!”
Zaqueo no tuvo que esperar mucho tiempo. Pronto la muchedumbre se acercó
al árbol sicómoro. Él vio a Jesús. ¡Había algo especial en ese hombre! Jesús se movió hasta que estuvo de pie bajo la sombra del árbol. ¡Zaqueo tenía la mejor vista que todos!
Zaqueo escuchó calladamente a Jesús enseñar. Sus palabras fueron directamente al corazón del pequeño hombre. Se sentía tan pecador, tan vacío, tan deshonesto.
“Si tan sólo pudiera hablar con este hombre,” - fue el pensamiento de Zaqueo. “Quizás Él pudiera ayudarme. Pero yo solo soy un recolector de impuestos,
un tramposo, un mentiroso y un pecador. ¡Jesús me ignoraría como lo hacen todos los demás!”
De repente Zaqueo abrió la boca de susto. Jesús buscaba a través de las ramas y sus ojos se encontraron.
“Zaqueo,” Jesús le llamó, “Bájate de ese árbol. ¡Yo voy a ser tu invitado en tu
casa hoy!”
“¡Oh, Él sabe mi nombre y quiere ir a mi casa!” - pensó Zaqueo.
Las personas miraban a Jesús, después a Zaqueo. ¿Irá Jesús realmente a casa de este pecador y comerá la cena con él?
Zaqueo apenas podía creer lo que había oído. Él se desplazó de una rama a otra como un muchacho. Los niños hacen movimientos como si estuvieran bajando.
¡Jesús iba a casa con él! “Jesús, yo daré la mitad de todo lo que poseo a los pobres, y reembolsaré todo lo que he robado a las personas, es más, les daré cuatro veces lo que les debo.” Zaqueo no tenía más sus dedos pegajosos. “Señora Martínez, lo siento mucho, yo tomé su dinero. Le estoy devolviendo lo que tomé cuatro veces, quizás eso será suficiente para que usted pague su renta.”
Jesús le dijo a Zaqueo, “Este día la salvación ha llegado a tu casa,” porque ése fue el día en que Zaqueo se arrepintió.
Preguntas de Repaso
1. ¿Por qué las personas detestaban a Zaqueo?
Porque era deshonesto.
2. ¿Por qué Zaqueo subió al árbol sicómoro?
Quería ver a Jesús.
3. ¿Qué le pidió Jesús a Zaqueo que hiciera?
Que bajara del árbol.
4. ¿A Dónde quiso Jesús ir con Zaqueo?
A la casa de Zaqueo.
5. ¿Qué hizo Zaqueo después de que él encontró a Jesús?
Se arrepintió y pagó el dinero que había robado.