Lección Siete

Pedro es transformado

 

Texto Bíblico: Lucas 22:54-62; Hechos 1:12-14; y 2

Verso de Memoria: “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos

2:39).

Objetivo de la Lección: Comprender que al ser llenos del Espíritu Santo somos transformados

 

Haga cuatro etiquetas con estos nombres: Pedro, Sirviente, Primer Hombre y Segundo Hombre. Escoja a los niños para que representen estos personajes. Mientras usted les enseña, deténgase e instrúyalos en cómo representar la historia. En un tiempo corto cuando les corresponda, empezarán a actuar ellos mismos. Pedro estaba triste y también enojado. Los soldados se habían llevado a Jesús del jardín donde Él estaba orando. Pedro había intentado detenerlos, pero no pudo. ¡Y Jesús ni siquiera intentó escaparse!  Él, voluntariamente fue con

ellos. Pedro tenía que ver a dónde lo estaban llevando. Él siguió a los soldados y a Jesús fuera del jardín y a través del pueblo. ¡Uaau, un soldado estaba mirando alrededor! Pedro se escabulló por una puerta rápidamente. Después él los siguió a través de las polvorientas calles. Finalmente ellos llegaron a la

casa del sumo sacerdote. Pedro miraba alrededor asegurándose que nadie lo estaba viendo, entonces se escondió en el patio. La Biblia dice que él siguió a Jesús “de lejos.”  Era una noche un poco fría y alguien había hecho una fogata. Allí se reunieron varias personas alrededor. ¿Por qué todos estaban aún despiertos tan tarde? Ellos querían ver qué estaba pasando. Pedro se

escondió entre ellos. Quería mirar lo que pasaba con Jesús. Pero realmente no quería que nadie supiera por qué estaba allí, o quién era él. Pero alguien lo

hizo. Una sirvienta lo miraba y dijo: “Este hombre estaba con Jesús.”  ¡Pedro se horrorizó, había sido reconocido! Quizá los soldados vendrían y lo agarrarían. “¡Mujer,” dijo él, “yo ni siquiera lo conozco!”  Pedro estiró sus manos hacia el fuego para calentarlas. Entonces, no pasó mucho cuando se percató de que un hombre lo miraba y dijo, “Tu eres uno de ellos.”

 

¡Oh, no! Esto se estaba poniendo alarmante. ¿Qué le pasaría a Pedro si los soldados averiguaban que él era un seguidor de Jesús?  Pedro dijo, “Hombre,

¡yo no soy!” Por un rato, nadie dijo algo. Pedro empezó a relajarse, ellos le creyeron; estaba a salvo, los soldados no lo molestarían más, nadie supo quién

era él. Realmente no se sentía bien al decir esas mentiras y estaba muy asustado. Entonces otro hombre lo miró y dijo, “Es verdad, este hombre también estaba con Jesús, porque él habla como un Galileo.”

¡Había sucedido! Había sido descubierto. Pedro maldijo. “¡Yo ni siquiera se de lo que ustedes están hablando!” Justo entonces, cantó el gallo. Haga que los

niños imiten el canto del gallo dos veces ruidosamente. Jesús le había dicho a

Pedro de que antes que el gallo cantara, él lo habría negado tres veces. Pedro se había defendido diciendo que él no lo haría, pero lo hizo. Jesús se volvió y tristemente miró a Pedro. Jesús sabía lo que Pedro había hecho, había dicho mentiras diciendo que él ni siquiera conocía a Jesús. ¡Oh, Pedro lo sentía mucho! ¡Jesús era su mejor amigo!

¿Por qué no fue valiente? Aclare que esto pasó antes de que Pedro fuera lleno del

Espíritu Santo. Pedro corrió hacia la calle, se tiró en tierra y lloró

amargamente. Parecía que su corazón estaba roto. Los siguientes días fueron terribles. Jesús fue crucificado.  Entonces tres días después pasó algo maravilloso. ¡Jesús se levantó de la muerte! Él perdonó a Pedro y le dio un trabajo muy importante, pero primero, Pedro tenía que recibir el Espíritu Santo. Pedro estaba en el aposento alto en el Día de Pentecostés y recibió el poder del Espíritu Santo. Ahora, Pedro no estaba asustado. Este mismo hombre que tuvo miedo de decir la verdad a una sirvienta, se puso de pie y predicó a una gran muchedumbre. ¿Qué predicó él?

Díganlo conmigo: “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados y recibiréis el don del Espíritu

Santo.”

Aproximadamente tres mil personas se bautizaron aquel día. Pedro ya no era

un cobarde ni un mentiroso. Ahora él era un audaz y poderoso predicador. ¡El

Espíritu Santo lo había transformado!

 

Preguntas de Repaso

1.  ¿Qué había estado haciendo Jesús cuando los soldados vinieron a llevárselo?

Orando.

2.  ¿A casa de quién siguió Pedro a Jesús y a los soldados?

A la casa del sumo sacerdote.

3.  ¿Cuántas veces dijo Pedro que él no conocía a Jesús?

Tres.

4.  ¿Por qué negó Pedro a Jesús?

Porque tuvo miedo.

5.  ¿Perdonó Jesús a Pedro por decir que él no lo conocía?

Sí.

6.  Después de todo esto, Pedro no tuvo miedo de predicarle a tres mil personas. ¿Qué lo cambió de ser un cobarde a un predicador valiente? El Poder del Espíritu Santo.